LÓPEZ ARRETCHE, LEOBARDO

Director, editor, actor. En los documentos oficiales que presenta para su ingreso al CUEC, consta que su apellido materno es Arretche y no Aretche, como hasta hace poco era registrado. Entre 1959 y 1963 estudia las carreras de Actuación y Dirección Teatral en la escuela de Seki Sano; poco después, es asistente de dirección teatral de Sano, actor de teatro y televisión. Ingresa al CUEC, donde interesado en la visión primaria de la realidad, ceñida a las experiencias fisiológicas más elementales, pero a la vez abierta a la trascendencia de los temas esenciales -la vida y la muerte-, dirige en cuatro años, seis cortometrajes en 16mm. Ejercicios en que se aprecia una secuencia de las funciones biológicas y los cambios anatómicos más comunes en el cuerpo humano como la muerte, el sexo, el ciclo estomacal y el nacimiento que recorre en orden inverso.

Leobardo López Arretche muestra en toda su verdad aquello que el cine de ficción se ha negado siempre a mostrar: lo innombrable, lo invisible, y lo hace sin pudor ni escándalo, lo cual es a la vez ingenuo y reverencial; un realismo que busca desbordar la imaginación, y, por consiguiente, expandir las fronteras de la representación. Lapso/1965, sin argumento y de tono solemne, que registra las actitudes naturales de los paseantes en La Alameda capitalina; #45/Número 45/Panteón/1966, también sin argumento e irónico, donde hace comparaciones sugeridas entre estatuas, movimientos de animales y actitudes instintivas de los paseantes en el zoológico de Chapultepec; El jinete del cubo/1966, relato kafkiano de un hombre entumido de frío, que emprende una jornada de pesadilla montado en una cubeta solicitando inútilmente a sus vecinos un poco de carbón para calentarse, en realidad se trata de su último sueño; S.O.S./Catarsis/1967, visión de 50 segundos en la que un joven antes de dormir va al baño; El hijo/1968, apología de la liberación amorosa de una pareja de adolescentes filmada en directo, y Leobardo Barrabás/Parto sin temor/1969, el nacimiento de su hijo.

En 1968 con Carlos González Morantes, Leobardo López Arretche es representante del CUEC ante el CNH, y es uno de los camarógrafos que registran el movimiento estudiantil y su brutal represión. Treinta alumnos de Centro Universitario de Estudios Cinematográficos deciden participar en el Movimiento a través del cine. Recorrieron las calles y se unieron a las marchas con las cámaras de 16mm de la escuela, utilizando la película virgen destinada a las prácticas. El 2 de octubre filmaron desde el auto de su compañera de escuela, Marcela Fernández Violante. El total de las filmaciones sumó ocho horas. El material estuvo escondido en las casas de los maestros y en diversos recintos; el director y fundador del plantel, Manuel González Casanova, sugirió como director del documental a Leobardo López Arretche, quien después de dos meses en calidad de preso estudiantil, acababa de salir de la cárcel. Aprobado por la gran mayoría, toma la dirección y en el mayor secreto, asistido por sus compañeros; Alfredo Joskowicz en la dirección, Ramón Aupart en la edición y en el sonido contó con el técnico de Radio Universidad, Rodolfo Sánchez Alvarado. Leobardo López Arretche trabajó durante un año en la terminación del documental, el cual tituló: El grito/1968, con una duración de 120 minutos. Dividido en cuatro partes, “Julio”, los antecedentes; “Agosto”, desarrollo del movimiento y su creciente politización; “Septiembre”, el rechazo al diálogo, la condena a la protesta estudiantil en el informe presidencial y la respuesta de los contestatarios; “Octubre”, el desenlace trágico: la masacre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, más un epílogo: una madre entierra a su hijo y en el estadio universitario se inauguran los Juegos Olímpicos de 1968. El grito es sin duda la memoria más importante, veraz y objetiva, de este negro pasaje en la historia de México y se estrenó oficialmente en 1976.

En 1969 Leobardo López Arretche fotografía el corto La pasión y en 1970 protagoniza el largo Crates, ambas participaciones para su amigo Alfredo Joskowicz, con quien, en el segundo, escribe el guion basándose en la figura de un filósofo que se desprende de todos sus bienes materiales, cinta adaptada a la época actual. Dos semanas después de la conclusión del rodaje, mientras prepara la filmación de su primer largometraje de ficción, “El canto del ruiseñor”, se suicida.

En 2007 sale a la venta el DVD remasterizado del documental El grito, edición que promueve e impulsa Alfredo Joskowicz con el entonces director del CUEC Armando Casas, y que además incluye: Comunicados cinematográficos del Consejo Nacional de Huelga; Mural efímero, documental de Raúl Kamffer; “Testimonios Memorial 68”; Galería de fotos inéditas por estudiantes del CUEC; el artículo: “El movimiento estudiantil” del crítico y maestro de cine: Jorge Ayala Blanco y las biografías de los estudiantes del CUEC que participaron en este.

En conmemoración de los 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968, la Filmoteca de la UNAM presenta en 2018 una versión restaurada digitalmente (imagen y sonido) de El grito, trabajo que le lleva cuatro años a los especialistas. Al destapar las latas para iniciar la restauración, Osvaldo Cano, del taller de revisión y rescate de la Filmoteca, descubre que el material se encuentra incompleto y mutilado. En total, son restaurados 146,094 fotogramas.

En el mismo año, la Filmoteca de la UNAM, en el marco de ARCADIA, festival internacional de cine rescatado, restaurado y preservado, también invita a los artistas Annalisa D. Quagliata, Daniel Valdez, Jael Jacobo y Sejen Luna, a hacer un trabajo de reapropiación fílmica para expresar su visión y perspectiva generacional del Movimiento Estudiantil del 68. El resultado fue una serie de cinco cortometrajes reunidos bajo el título de: “Ecos de El grito” que se proyectan en la sala de 360 grados del Museo de las Constituciones. Leobardo López Arretche recibe In Memoriam la Medalla Filmoteca UNAM el 26 de septiembre de 2018, en el marco de la primera edición de ARCADIA.

“Entrevistado junto con Carlos González Morantes y Federico Weingartshofer por Jorge Brogno para el número 3 de ‘Cinemateca’ (VI 73), revista trimestral de la Cinemateca de la UNAM, Alfredo Joskowicz cuenta cómo fue realizado este documental, primer largometraje del CUEC:

…Lo que es importante decir del CUEC, es que en una Asamblea General los estudiantes de entonces determinamos tomar la escuela, el equipo y el material a disposición.

…Éramos alrededor de cincuenta o sesenta personas… tres o cuatro cámaras de 16 mm y otras personas, pero en realidad cada quien, un poco por libre iniciativa, se ponía espontáneamente a filmar el movimiento… llevar entonces una cámara a las manifestaciones era grave… el estudiantado te confundía con la prensa y los policías con el estudiantado, de manera que era más peligroso que traer un fusil.

…Cuando terminó el conflicto, el material había sido revelado y guardado en el CUEC. Manuel González Casanova [director del CUEC] nos llamó a… Roberto Sánchez, Leobardo López y a mí, ofreciéndonos que entre los tres se dirigiera y se organizara ese material. Yo decidí no participar como director porque mi participación directa en el conflicto había sido limitada… …Roberto Sánchez tenía una idea muy especial sobre que los estudiantes habían roto la legalidad y el orden… y la idea de Leobardo …era mucho más sentimental, y pensé que era más afín a mis ideas y a mis sentimientos… La película, finalmente, lo que Leobardo empezó a hacer, fue en realidad una selección de las ocho horas disponibles; se redujeron prácticamente a dos en un trabajo verdaderamente enloquecedor, porque Leobardo se dedicó a recolectar sonido y grabaciones hechos durante las manifestaciones y durante todo el conflicto, que llegaron a formar un cuerpo de 40 horas, del que se entresacó todo el material necesario para las pistas sonoras… Leobardo llamó como editor a Ramón Aupart. Trabajaron un año prácticamente… entre seis y diez de la mañana porque era la única hora de que disponía Ramón, …a la mayoría de los que participamos nos metieron en la cárcel, …del CUEC fueron como quince cuates …cuando menos unas cuantas horas… En la Asamblea General… hubo discusión, inclusive votación y… fue muy simbólico el que todo el CUEC, o cuando menos la mayoría, apoyara a Leobardo para que… dirigiera la película y no Roberto.”

(Historia documental del cine mexicano, Emilio García Riera, Vol. 14, 1968-1969, p. 182)