BERCINI, REYES (nombre verdadero, Reyes Núñez Bercini)

Director, guionista, ensayista y docente. Participa como actor amateur en el grupo de teatro de la Universidad de Sonora. Realiza sus estudios en el CUEC, generación 1973-1978. También toma el primer curso de guion que imparte Syd Field en México.

Siendo estudiante, dirige el cortometraje Los iracundos/1977 y el documental Sonora, primavera de 1976/1977, sobre los conflictos agrarios en su natal Sonora que conducen a la matanza de San Ignacio Río Muerto, en 1973, y a la huelga de la Universidad de Sonora en 1976.

En el ámbito profesional, Reyes Bercini se desempeña como asistente de dirección de Sergio Olhovich, Alberto Isaac y Alfredo Gurrola. De preferencia vuelca su talento creativo en el desarrollo de una rica y extensa trayectoria como guionista para el cine y para la televisión. En 1979 coescribe el guion de la cinta Llámenme Mike, de Alfredo Gurrola, filme por el cual, en 1982, recibe el Ariel por Mejor Guion y Mejor Argumento Original. Ha escrito solo o en colaboración, entre otras películas, los guiones de El carro de la muerte/Jesús Marín Bello 1984, Verdugo de traidores/Alfredo Gurrola 1986, Trágico Terremoto en México/Furia terrenal/Francisco Guerrero 1987 y El efecto tequila/León Serment 2010, que es su más reciente participación en un guion para cine, para cuyo realizador también colaboró en Kada kien su karma/2007 y Crack, la comedia/2009. El efecto tequila representa un excelente foro masivo para escribir, de manera tragicómica, acerca de la ironía, crueldad y belleza de un México sumergido dentro de una terrible crisis.

Es también responsable de los textos para los cortos documentales de la serie “18 lustros de la vida en México en este siglo”, Tiempos de guerra/Óscar Menéndez 1992 y El que manda… vive enfrente (1930-1934)/Francisco Ohem Ochoa 1992, que recibe ese año el Ariel por Mejor Cortometraje Documental o Testimonial.

En 1992 escribe el guion de su ópera prima, Reencuentros, cinta que es filmada en 1995, sobre un niño obligado a madurar tempranamente cuando sufre el impacto que le produce la muerte de su hermano mayor y se confronta con un padre ausente que vive en otro lugar donde ha formado otra familia. Producida por Producciones Roca, IMCINE y el FFCC, con fotografía de Marco Antonio Ruiz, música de Amparo Rubín y con las actuaciones de Manuel Ojeda, María Rojo y el niño Luis Pablo Briones, quien hace su debut cinematográfico. También se conoce a la película con el nombre de El hijo olvidado.

Sobre el desarrollo del teatro mexicano desde la Colonia hasta la actualidad, escribe la serie de televisión “Una vida en escena” para PRONARTE. También, para la televisión, escribe “La gozosa terquedad” y “Teatro fin de milenio”, programas de 50 minutos, para Canal 22 (1993).

En 2017 presta su voz para el cortometraje Dos ballenas/Diego Cruz Silveti.

La experiencia de Reyes Bercini en la escritura fílmica le ha permitido desarrollar una relevante carrera académica en diversas instituciones de educación superior, como la Universidad Iberoamericana (1976-1977); el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey campus Morelos (1995-1997) y la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM, 1995-1997). En el CUEC, imparte la materia de Guionismo Cinematográfico desde 1989 hasta la fecha (2020). Como resultado de su vida académica, las reflexiones de Reyes Bercini sobre diversos aspectos del fenómeno fílmico se han plasmado en ensayos publicados en revistas, obras colectivas y en libros de su autoría editados por el CUEC; “El cine y la estética cambiante” (2008) y “Poética del instinto: La perla de John Steinbeck y Emilio Fernández” (2013). Es, además, autor de la novela “Las naves ardiendo” (2013), editada por la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, guion malogrado que derivó en su primera obra narrativa.

¿Qué experiencia le dejó su primer largometraje?

RB.- La experiencia más importante se da en el nivel en que uno ingresa a dirigir en un ámbito industrial, que a uno le permite tener contacto directo con los actores de primer nivel también, con un esquema financiero industrial, trabajar con sindicatos, ya no, digamos, por la libre, con técnicos de primer nivel, y tener la experiencia de editar con gente, como fue mi caso, con Carlos Savage, con una enorme experiencia como editor, de trabajar la música con Amparo Rubín. Esto me permitió entrar en un ámbito distinto, que al mismo tiempo que tiene restricciones, por el propio medio en sí mismo que es altamente costoso, tiene unas libertades que no se pueden dar en 16 mm o en la televisión, que es la posibilidad de estar en formato de 35 mm que permite estéticamente trabajar de otra manera, de una manera en que uno puede sacar mayor provecho.

También está, por supuesto, el conocimiento que se da al nivel de trabajar un largometraje con actores, con técnicos, de tal forma que todo esto enriquece mucho la labor profesional de uno, es un paso adelante siempre y uno aprende y crece con este tipo de trabajo.

(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Mónica García Ramírez, 21/01/2000)