Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: Se narraban aquí las aventuras urbanas del chofer Gregorio Del Prado y de su cobrador de autobús, Regalito, por las calles de la otrora región más transparente. Neurótico y peleonero, Del Prado se entusiasma con la pasajera Cholita, atractiva pasajera que forma parte de un ardid para arrebatar la concesión de la línea donde Gregorio trabaja, sin embargo, ambos se enamoran y desbaratan los planes del corrupto presidente de la línea de camiones rival, un tal Langarica (Víctor Parra, espléndido como siempre). Fue tal éxito y el impacto del filme y sus personajes, que Alejandro Galindo y el mismo equipo histriónico y técnico de ¡Esquina bajan!, realizaron una secuela con un costo menor, a fines de ese año. Hay lugar para dos, que relataba las andanzas de sus personajes a partir de un tono más amargo que no desmerece de la anterior. En ésta, la pareja, ya casada y con un hijo, sufren la separación cuando Gregorio se deja arrastrar por la sensual “cualquiera destruye hogares” Kitty que interpreta magistralmente Katy Jurado y ello provoca una tragedia en su intento por ganarle el paso al tren con su autobús.

Con un vestido entallado de amplio escote y abierto a un costado para mostrar las piernas Katy Jurado hacía su entrada triunfal en una fiesta del sindicato donde se celebra el triunfo del equipo de béisbol de los choferes: “No me va a presentar a su pitcher estrella” le dice a Ángel Infante, su pareja ocasional ante un deslumbrado David Silva y su esposa Cholita, quien no puede ocultar su molestia, más aún cuando la coqueta Kitty le dice: “Si yo fuera usted, lo cuidaría mucho porque parece muy simpático…”. Con ¡Esquina bajan! y Hay lugar para dos, Alejandro Galindo se convirtió sin duda en el maestro del cine urbano y en el gran retratista de personajes solidarios y marginados. Ambos filmes representan un estupendo muestrario del “esplendor” “alemanista” y los problemas de una ciudad que crecía a pasos agigantados. Una suerte de documento emotivo y divertido a la vez, sobre una clase socialmente afectada en vías de crecimiento. El cine social en su mejor momento en mancuerna con David Silva y su sabroso machismo para documentar a su vez del retrato de una época.

De hecho, Galindo consiguió rodear de emotividad e inteligente a sus películas para hacer la disección de una clase desprotegida que intenta luchar con las armas de la solidaridad y la esperanza. Y el mejor ejemplo, son estos dos instantáneos objetos de culto, que anteceden a otros enormes trabajos suyos como; Confidencias de un ruletero y Dicen que soy comunista con el cómico Adalberto Martínez “Resortes”. A destacar sin duda, el ingenio de los diálogos como en aquella escena de ¡Esquina bajan!, en la que David discute con los pasajeros y pelea con el hombre que ha roto el parabrisas de su camión, así como la insistencia de Galindo en adentrarse en las cuestiones sindicales que tanto le entusiasmaban a él y al propio David Silva, al tiempo que muestra la fuerza de grupo, en un par de trabajos netamente populares. Por cierto en ¡Esquina bajan! aparece brevemente Marco Antonio Campos “Viruta”, como integrante de Los Trinkas, entonando una canción en el interior del autobús.

En su papel de atrabancado chofer de autobuses de la línea “Zócalo-Xochicalco y Anexas” en ¡Esquina bajan! y su secuela, Hay lugar para dos, o en el entusiasta vendedor de artículos electrodomésticos en Una familia de tantas -las tres de 1948-, el actor David Silva, se convertiría en la punta de lanza del cine de un cineasta que como él, había crecido enormidades: Alejandro Galindo. En efecto, luego de varias cintas de ambiente cabaretil, David Silva llegaba a 1948, sin sospechar que ese sería su año decisivo. No sólo había firmado contrato para protagonizar las tres cintas dirigidas por Galindo, sino que las tres se convertirían a la postre en indudables clásicos de nuestra cinematografía.

El espléndido trabajo que David había realizado en ¡Esquina bajan!, fue de nuevo considerado por la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, al ser nominado al Ariel de Mejor Actuación Masculina Estelar en el año de 1949, correspondientes a la producción de 1947-1948.

Ficha artística: David Silva (Gregorio Del Prado), Fernando Soto “Mantequilla” (Constantino Reyes Almanza “Regalito”), Olga Jiménez (Cholita), Víctor Parra (Manuel Largo Langarica), Delia Magaña (La Bicha, mesera), Salvador Quiroz (Octaviano Lara y Puente), Miguel Manzano (Axcaná González).

Ficha técnica: Productora: Rodríguez Hermanos; Productor ejecutivo: Álvaro Bielsa; Argumento y Guion: Alejandro Galindo; Fotografía: José Ortiz Ramos (blanco y negro); Montaje: Fernando Martínez; Sonido: Jesús González Gancy y Javier Mateos; Música: Raúl Lavista y Nacho García. Escenografía: Gunther Gerszo.

Estudios: Estudios Tepeyac. Duración: 106 minutos. Estreno: 13 de agosto de 1948. Clasificación: A.

Premios: Premio Ariel a Mejor Adaptación y Montaje.

Bibliografía:

Historia Documental del Cine Mexicano, Emilio García Riera.

Una mirada Insólita. Temas y géneros del cine mexicano, Rafael Aviña.

David Silva. Un campeón de mil rostros, Rafael Aviña.

RAFAEL AVIÑA