Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: Al pueblo de Cholula, en Puebla, llega el general Reyes con sus revolucionarios, aplicando una justicia sumaria, y despojando a los ricos de sus bienes. Se encuentra con su viejo amigo, que alguna vez fue su compañero de seminario, el padre Rafael Sierra, quien atestigua cómo aplica Reyes la justicia: duplica su salario al maestro Apolonio, despoja a unos ricos de sus bienes y condena a uno, cobarde, Fidel, que incluso a Rosa, su mujer, ofrece para no ser fusilado. Bocanegra no espera fusilarlo de forma convencional; apenas sacándolo le mete un balazo (“Disculpe usté, mi general, pero lo maté porque me dio asco”, dice sin ningún pudor). Sierra enfrenta a Reyes para evitar que fusile más gente. Poco más tarde, Reyes, con sus soldados, está en la calle. Ve pasar a Beatriz, a quien grita un sinnúmero de cosas que él considera piropos. Ella lo abofetea. Nace en él un amor irracional. La persigue y ella escapa. Reyes recurre a Sierra solicitándole le diga el nombre de su súbito amor. Al descubrir que es Beatriz, Sierra teme por ella y su padre. Aunque Reyes ordena liberar a don Carlos, a un paso de ser fusilado por error. Comienza un cortejo constante de Beatriz, hasta con serenata, ante la indiferencia de ella, siempre más molesta, sobre todo porque está comprometida para casarse con el americano Mr. Roberts. A pesar de sus esfuerzos, y de los consejos que sigue del mayor Gómez, Reyes no puede conquistar a la muchacha. El día que ella va a casarse, Reyes es informado que los soldados federales están por tomar Cholula. Decide retirarse, derrotado tanto militar como sentimentalmente. Beatriz duda antes de firmar el acta ante el juez de paz. Escuchando el toque de retirada, sale sin pensarlo a la calle en busca de Reyes. Apenas logra despedirse de su padre y acaba al lado del caballo del general, igual que otras soldaderas.

Emilio “Indio” Fernández logró con esta cinta un verdadero prodigio: una comedia seca que se vuelve tierno melodrama sentimental. El filme rompe con su característico uso de tres tiempos rigurosos para representar la vida mexicana. Tampoco está su estética marmórea, de personajes vistos como estatuas de un fresco monumental. La cinta tiene dos grandes momentos, de hecho dos actos teatrales. El primero es sobre la llegada de Reyes a Cholula y su asedio a Beatriz. El segundo es su derrota constante hasta la conquista final de Beatriz. Los personajes se desenvuelven con mucha ligereza, aunque hay toda una parte dialéctica, enormemente discursiva, entre Reyes y el padre Sierra, que plasma el enfrentamiento entre mentalidades, representativas del México turbulento de los 1910-1915.

A pesar de escenas deliberadamente estáticas, existe en el filme un constante punto de fuga visual, gracias al depurado pictorialismo de Gabriel Figueroa. Esta estética eminentemente cinematográfica, deja en carne viva el enfrentamiento sentimental, de constantes insultos y golpizas mutuas, evidente en escenas hechas con notable capacidad de síntesis, como la noche que Reyes va a casa de Beatriz y ésta la recibe golpeando su puerta con una tranca para lastimarlo o pretendiendo invitarlo a pasar y cerrándole la puerta en la cara; o él, harto de bofetadas, golpearla a la entrada de la iglesia, incluso atacando al padre Sierra. Cada uno de estos momentos aparecen con iluminaciones de bajo contraste, que condensan la narración, hasta que la iluminación pasa de esa suavidad que se acentúa en la serenata a ritmo de Malagueña salerosa, donde Beatriz se despierta y recorre el cuarto como si estuviera en un sueño, el sueño de un amor imposible que es Reyes al pie de su balcón. La dureza visual en altísimo contraste, con sombras expresionistas en la retirada-conquista final, a partir del llamado militar, que implica la súbita duda de Beatriz, y la consecuente ruptura de su collar, son apuntes que en sentido simbólico implican la llegada del nuevo México y del amor para Beatriz. Fue tal el éxito de esta magistral cinta, que Fernández la rehízo para el mercado estadounidense con el título The Torch o Del odio nació el amor/1949, con Pedro Armendáriz mismo, aunque con Paulette Goddard y Gilbert Roland en los respectivos papeles de la María Félix y Fernando Fernández.

Ficha artística: María Félix (Beatriz Peñafiel); Pedro Armendáriz (general José Juan Reyes); Fernando Fernández (padre Rafael Sierra); José Morcillo (don Carlos Peñafiel); Eduardo Arozamena (mayor Joaquín Gómez); Miguel Inclán (Bocanegra), Manuel Dondé (Fidel), Eugenio Rossi (Ed Roberts, novio de Beatriz), Norma Hill (Rosa, esposa de Fidel), Juan García (capitán Quiñones); José Torvay (maestro Aplonio Sánchez).

Ficha técnica: Productora: Panamerican Films, México; Productor: Benito Alazraki Franco; Gerente de producción: Antonio Salazar; Jefe de producción: Armando Espinosa; Guion y adaptación: Iñigo de Martino y Emilio Fernández, aparentemente inspirados, y sin crédito en pantalla, en “La fierecilla domada” de William Shakespeare y un fragmento de “El conde Lucanor” del infante don Juan Manuel; Fotografía: Gabriel Figueroa (en blanco y negro); Edición: Gloria Schoemann; Música: Eduardo Hernández Moncada; Canciones interpretadas por:  Trío Calaveras; y Ave María de Franz Schubert, por Fernando Fernández; Escenografía: Manuel Fontanals.

Estudios y laboratorios: Estudios Churubusco;  Laboratorios: Clasa; Duración: 96 minutos; Estreno: Cine Alameda, Ciudad de México, 25 de diciembre de 1946.

Premios: Premio Internacional de Fotografía en el Festival de Bruselas (1947); Premio Ariel (1947) de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas a la Mejor Actuación Femenina (María Félix), Actuación Secundaria Masculina (Eduardo Arozamena), Mejor Película, Mejor Fotografía (Gabriel Figueroa), Mejor Edición (Gloria Schoemann) y Mejor Sonido (José B. Carles).