Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)
(Coordinación México, Perla Ciuk)
Sinopsis: Una madura Esperanza cuenta su vida teniendo como testigo a su hijo aparentemente recién graduado de algún colegio militar. Flashback: México, previo al estallido revolucionario de 1910. Esperanza, de origen humilde, se casa en secreto con José Luis, hijo de don Francisco, patrón de la hacienda donde ella y su abuelo viven. Un amigo militar revela que José Luis participa activamente en la Revolución. En un jaripeo, don Francisco desaíra a su hijo y echa a Esperanza fuera del palco familiar. Padre e hijo se separan. Los siempre fieles Nicanor y Reynaldo se van con José Luis a su modesta parcela. Pronto la Revolución arrasa con el país. José Luis rehúsa unirse a las nuevas fuerzas armadas para controlar el pillaje que muchos cometen al amparo de la revuelta, como los hermanos Úrsulo y Rogelio, que se la van a cobrar a don Francisco, a quien matan y cuya hacienda saquean. José Luis va en busca de venganza, encontrando enfermo a Úrsulo, quien suplica por su vida. Ignorándolo, lo lleva hasta la tumba de su padre con la intención de ahí mismo ahorcarlo. Es demasiado tarde, Úrsulo muere en el camino. A pesar de ello, José Luis lo cuelga. Rogelio, al enterarse de la muerte de su hermano busca a José Luis, encontrando en su hogar sólo a Esperanza y el hijo recién nacido de ambos. A pesar de que Esperanza intenta huir quemando la casa, Rogelio la secuestra con el niño para tenderle una trampa a José Luis. Pero él decide entregarse para salvar a su mujer e hijo. Rogelio lo fusila sin contemplaciones ante una tumba abierta y sin importarle los ruegos de Esperanza. Esta es la historia que ella cuenta a su hijo un cuarto de siglo después.
En éste, su tercer filme, Emilio “Indio” Fernández muestra ya consumada solvencia para narrar en tiempos exactos, con gusto impecable por una fotografía que pasa de ser decorativa a profundamente expresiva, y con habilidad para presentar personajes con eficaz economía de medios dramáticos. Pero también muestra capacidad crítica para abordar un tema histórico, a pesar del final ligeramente nacionalista (“esta tierra se llenó de sangre, pero de esta sangre surgió el México de hoy”, declara la madre al hijo).
Fernández intuye que el cine es un trabajo en equipo y comienza a conformar aquí al que le dará personalidad para representar sus ficciones. Asimismo, experimenta con formas de relato. Sorprende el uso de las canciones como entremeses que anuncian o comentan las acciones violentas. Es como una firma: antes de cada instante de tensión dramática (la expulsión de Esperanza de la fiesta familiar, la ruptura definitiva entre José Luis y su padre, la búsqueda del cadáver del padre tras el paso de los bandidos revolucionarios, y muy destacadamente las escenas previas al fusilamiento), se incluye una pieza musical, a veces con letra referida a las acciones. Toda la parte sonora funciona tanto como pausa que interrumpe las acciones principales, o como expresión del relato mismo que simbólicamente detalla los estallidos sentimentales. En muchos sentidos este filme pasa de la calma a la explosión, destacando el violentísimo final, una larga secuencia con planos semiabiertos, bajo luces cenitales y sombras acentuadas de una arboleda, en donde transmite la pasión desgarradora de Esperanza por José Luis, resignado a ser fusilado. Asesinado, en realidad.
Fernández confirma tener una intuición dramática infalible en las escenas más difíciles de ver de este brutal filme sobre el abuso del poder y las incertidumbres de cualquier revuelta armada, pero también acierta en su manejo de un humor leve aunque áspero, en los momentos de Nicanor y Reynaldo. Lo más destacado es su forma de presentar la historia, desde una cotidianidad idealizada en la que vive lo romántico como definición de una utopía terrestre. Pero de las brillantes iluminaciones iniciales, el filme pasa a una creciente oscuridad y la ternura inaugural da paso a una crueldad desalmada, cada vez más en carne viva. Es así que el “Indio” Fernández obtiene un film redondo que maduramente narra sus acciones con la dramaturgia estrictamente visual que Gabriel Figueroa materializa.
La importancia histórica de este filme es que prácticamente ante los ojos del espectador sucede el prodigio de ver cómo Fernández evoluciona, como un personaje más al interior de un intenso melodrama que convierte en apasionada y contundente tragedia sobre las injusticias de la historia y la nostalgia del amor.
Ficha artística: Dolores del Río (Esperanza); Pedro Armendáriz (José Luis); Emilio Fernández (Rogelio); Miguel Ángel Ferriz (Don Francisco); Agustín Isunza (Nicanor); Armando Soto la Marina “Chicote” (Reynaldo); Eduardo Arozamena (Melchor, abuelo de Esperanza); Mimí Derba (Doña Clara); Manuel Dondé (Úrsulo); Carlos Riquelme (sacerdote); Margarita Cortés (hermana de José Luis); José Elías Moreno (coronel).
Ficha técnica: Productora: Films Mundiales, S. A., México; Productor: Agustín J. Fink; Jefe de producción: Armando Espinosa; Productor asociado y supervisor: Emilio Gómez Muriel; Guion y adaptación: Mauricio Magdaleno y Emilio Fernández, basados en la novela Sucedió ayer de Fernando Robles; Fotografía: Gabriel Figueroa (en blanco y negro); Operador: Domingo Carrillo; Edición: Jorge Bustos; Música: Francisco Domínguez; Canciones interpretadas por: Cuates Díaz Castilla, Trío Calaveras, Pedro Galindo, Lucha Reyes y Antonio Bribiesca; Escenografía: Jorge Fernández.
Estudios y laboratorio: Estudios Clasa; Duración: 91 minutos; Estreno: Cine Palacio Chino, Ciudad de México, 24 de abril de 1943.
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