DE LA PEDROSA DEL VALLE, MANUEL

Productor, director, argumentista y adaptador. Abogado de profesión, alrededor de 1947 se traslada a Cuba, donde inicia lo que sería una prolífica carrera en el cine. Funda en 1949 con Lázaro Prieto y Manuel Pellón la casa productora Laspes. El primer título que financian es: Escuela de Modelos/José Fernández 1950. Ese año incursiona como director con la segunda producción de la compañía, la cinta: Música, mujeres y piratas, con el exitoso dueto cómico conformado por Leopoldo Fernández “Pototo” y Mimí Cal “Nananina”, además de Aníbal de Mar. Al unirse Salvador Fernández como socio a la productora, ésta cambia de nombre por el de Productora Fílmica Cubana (Proficuba), que pos produce localmente.

La empresa decide aprovechar decorados e iniciar rodajes simultáneos, de modo que Manuel de la Pedrosa dirige en 7 semanas dos películas: Príncipe del contrabando y Hotel de muchachas, ambas en 1950. Continúa con Cuba canta y baila/1951, con Rafael Bertrand y Lina Salomé, calificada en su estreno como “un documental típico musical”. Constituye en 1952 la efímera productora Dardo, patrocinada por el Instituto de Turismo, con el fin de filmar documentales en 16 y 35 mm.

Vuelve al set en calidad de director con Tres bárbaros en un jeep/1955, con los comediantes Gaby, Fofo y Miliki y Martha Rams, filme del cual es también editor, una producción en cooperativa y Olé Cuba/1957, de nuevo con Aníbal de Mar y Leopoldo Fernández.

Entre 1952 y 1958, Manuel de la Pedrosa es gerente de producción en la compañía España Sono Films de Cuba, en varias coproducciones México-Cuba, rodadas en la isla, entre ellas, cuatro de Juan Orol: Sandra/La mujer de fuego/1952, El sindicato del crimen/La antesala de la muerte/1953, El farol de la ventana/1955 y Thaimí, la hija del pescador/1958 -última producción dirigida en Cuba por Orol-, y tres más en 1956: No me olvides nunca y Tropicana, de Juan J. Ortega, y Yambaó de Alfredo B. Crevenna.

Sale de Cuba después del triunfo de la Revolución Cubana y, en 1961 dirige y filma en Colombia, Mares de pasión. Participa en la coproducción México-Puerto Rico Los expatriados/Fernando Cortés 1963.

En 1964, haciendo mancuerna con el realizador mexicano Fernando Orozco, funda Cinematográfica Fermont, y su primera película es la historia de aventuras rurales El hombre de la furia/Más allá del Orinoco/Fernando Orozco 1964 coproducción con Venezuela, filmada en ese país, historia de la que es coadaptador con el director y Víctor Eberg, en la que actúan Javier Solís y Dacia González.

Bajo el sello de la recién formada empresa, dirige la coproducción México-Venezuela: Loco por ellas/1965, misma que escribe y coadapta con Fernando Orozco y Víctor Eberg. El rodaje de la comedia musical se lleva a cabo en Caracas y San Juan, Puerto Rico, y es estelarizada por Germán Valdés “Tin Tan”, quien hace tres papeles, acompañado de Lorena Velázquez y Marcelo Chávez. Historia de dos hermanos gemelos, en la que Ángel que es cantante, enferma; su hermano Alberto que no es cantante y sufre ataques frente a las mujeres guapas, lo sustituye para cumplir con un contrato. En realidad, Ángel finge estar enfermo para poder ir a Caracas y cometer el robo millonario del diamante más grande del mundo. El filme se estrena en México el 5 de agosto de 1966 en los cines Nacional, Tlacopan y Apolo, donde permanece una semana.

Después de esta cinta no vuelve a participar en ninguna otra producción mexicana. Regresa en 1967 a España donde se dedica al documental y cortometraje publicitario con su propia productora.

“En Loco por ellas, unos dibujos modernistas en los créditos de presentación y un arreglo de la canción ‘You’re the top’, del norteamericano Cole Porter como fondo musical, quieren dar al inicio de esta comedia un tono cosmopolita. A continuación, unas vistas de San Juan y, más adelante, otras (aéreas) de Caracas, circunscribirán el cosmopolitismo al área de los llamados mercados naturales del cine mexicano, y eso se traduce en pobrezas y descuidos de realización que acentúan la triste decadencia de “Tin Tan”.”

(Historia documental del cine mexicano, Emilio García Riera, Vol. 12, pp. 227-228)