CERVANTES AUDELO, RAMÓN

Editor, guionista y director. A los 15 años, en su natal Oaxaca, gana un concurso de crítica y selección cinematográfica organizado por el cineclub de la Alianza Francesa. En 1971 llega a la Ciudad de México para estudiar Arquitectura en la UNAM. A la mitad de la carrera se cambia al CUEC (1974-1979), donde se especializa en Realización Cinematográfica. Durante este periodo filma los cortometrajes Invasión, Rodando rolando/1975 en super 8 mm, y El ladrón/1977, en 16 mm, y los largometrajes en 16 mm: El sentido del juego (y viceversa)/1978, y su tesis Todos los espejos llevan mi nombre/1980.

Coordina y da clases en el Taller de Cinematografía de la Casa del Lago (1979-1983) y después fue profesor de Edición y Secretario técnico del CUEC (1984-1988). Con recursos del Programa de Superación del Personal Académico de la UNAM, produce y dirige en 16 mm el mediometraje Fragmentos de un cuerpo/1987, historia sobre un bombero, un personaje lastrado por la atomización de la vida cotidiana.

Su primera experiencia en el cine industrial es la realización del relato Alguien se acerca, episodio del largometraje Historias de ciudad/1987, producción de la UNAM. Trama en que un muchacho sin oficio llega a un hogar de clase media alta a ofrecer sus servicios, es empleado en diversas actividades y al mismo tiempo enamora a la hija mayor de la familia. Esa relación le traerá trágicas y desoladoras consecuencias.

Continúa con programas unitarios y series de televisión para TV-UNAM como “Esta cosa rara, irrespirable que es la atmósfera”/1989, sobre la vida y obra de José Revueltas, y “En el principio…” y “La sombra luminosa”, de la serie que coordina “Las otras visiones — Cine Independiente Mexicano”. Dirige programas de capacitación para diversas instituciones, así como cápsulas y programas de divulgación científica tales como “Fisiología de lo cotidiano” para el Museo de las Ciencias Universum 1990, con el que obtiene en 1992 el primer lugar en Video de Divulgación Científica.

Es guionista de Salto al vacío/José Luis Urquieta 1994. En su carrera como editor sobresalen sus trabajos para varios documentales de Juan Carlos Rulfo como el mediometraje El abuelo Cheno y otras historias/1994, y los largometrajes Del olvido al no me acuerdo/1999, que le vale el Ariel por Mejor Edición en el año 2000, y Érase una vez…/2018.

Ramón Cervantes además ha sido editor del documental Elecciones Generales/César de Ferrari 1985, Acosada/Piel de víbora/Marcela Fernández Violante 2000, los documentales Las dos Fridas/Rodrigo Castaño 2002, Tierra caliente… se mueren los que la mueven/Francisco Vargas 2004, el corto Dumping ground/Benjamín Mattingly 2004.

Ramón Cervantes debuta como director de largometraje con La vida inmune/2005, proyecto ganador del Programa Ópera Prima del CUEC 2005. La historia, trama y guion de su autoría, se ubica en los años sesenta, y narra el caos que sobreviene en la vida de una mujer y sus tres hijas cuando el padre muere en un accidente; un relato de pérdidas físicas, emocionales y económicas, en una familia de clase media, que derivan en la inmunidad de la madre al dolor, situación que la lleva a trabajar en un acto circense de flagelación. La cinta forma parte de la Sección Oficial de Cine Mexicano en el Festival de Cine Internacional de Guadalajara 2006 y recorre un circuito de festivales entre los que destacan, en 2006: Cairo International Film Festival, el Festival Internacional de Cine de Puerto Vallarta y el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana, Cuba; en 2007: Palm Springs International Film Festival y Cinequest San José Film Festival, ambos en California, Chicago Latino Film Festival, Festival Internacional de Santo Domingo, Festival Expresión en Corto, Guanajuato, International Forum of New Cinema, Calcuta, India, y Latin American Film Festival, Londres, Inglaterra.

En 2007 edita el documental Un retrato de Diego/Gabriel Figueroa Flores/Diego López Rivera, trabajo al que sigue Madero muerto. Memoria viva/Juan Carlos Rulfo 2008; para Canal Once, la serie documental de ocho capítulos Diario de un cocinero/2012, donde se sigue al famoso chef Enrique Olvera. Continúa como editor con el largometraje documental futurista Muerte en Arizona/Tin Dirdamal, Christina Haglund 2013, coproducción de México, Bolivia y Alemania, que se presenta en 2014 en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Otra colaboración de Ramón Cervantes con Rulfo es la edición del mediometraje documental para Canal 22 Juan Rulfo, palabras que saben a vida/2014, semblanza sobre el escritor, su obra literaria y fotográfica y sobre los paisajes y las personas que lo habitan.

Además de la edición, es también coguionista, con Beatriz Novaro, Valentina Leduc y Juan Carlos Rulfo, del documental Érase una vez/2018, una serie de viajes a cinco lugares entrañables de México, que tiene que ver con el futuro; un diálogo entre las viejas generaciones que se van y las que llegan. El filme es distribuido de manera independiente, se exhibe en circuitos de arte y en la Cineteca Nacional, y se presenta en el 16º Festival Internacional de Cine de Morelia (2018) y en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (2019) . Desde 1992 hasta la fecha, es jefe de la Unidad de Servicios Audiovisuales del Museo de Ciencias, Universum de la UNAM.

¿Cuál fue su experiencia al volver a dirigir ficción después de 18 años?

RC.- Para mí esto de filmar es una experiencia muy intensa, al volver a filmar no sentí que hubiera perdido demasiada cancha, porque durante los noventa mi contacto con el cine fue permanente. He editado varias películas, que aunque no son mías, me las apropio de alguna forma en el proceso de edición. Simultáneamente sigo realizando videos de divulgación científica, eso me ha permitido ejercitar el oficio de realizador. Al involucrarme en la preparación de La vida inmune, me sentí muy entusiasmado. Las experiencias que había acumulado a través de los años, me sirvieron para tener los hilos en la mano. Todos los detalles de la película los trabajamos en equipo de manera muy rigurosa, y me sentí muy seguro en cuanto a la recreación de la atmósfera, la visualización de la película y el trabajo sonoro. Tuve de tres a cuatro meses de preparación con las actrices, ensayamos las escenas dialogadas, hablamos y analizamos a cada uno de los personajes con profundidad.

¿Qué diferencias encuentra como realizador entre la divulgación científica y el cine comercial?

RC.- Sentí cierta presión en cuanto a que en una película trabajas con un crew de sesenta a ochenta personas diariamente, lo que implicaba el peso del cine industrial; mis trabajos anteriores han sido muchísimo más ligeros, se habían realizado en formatos de menor presupuesto y con un equipo de gente pequeño, lo que permite tomar decisiones sobre la marcha. El trabajo es más armónico, ya que con poca gente el contacto y la comunicación son inmediatos y resulta un proceso más sencillo.

(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Mónica García Ramírez, 30/01/2008)