MARTÍNEZ DE ARREDONDO Y CASTRO, CARLOS

Pertenece a una familia acomodada de Mérida. Cursa estudios en el extranjero, donde se titula como Ingeniero y Químico fotográfico. Aficionado al cine, encarga a Nueva York equipo fílmico para rodar y revelar. En sociedad con Manuel Cirerol Sansores, funda la empresa yucateca Cirmar Films; Cirerol como director artístico y Martínez casi siempre como camarógrafo.

Simpatizantes de las ideas revolucionarias, sus primeras obras son los cortometrajes de contenido social e indigenista La voz de su raza/1914 y Tiempos mayas/1915; filma numerosos aspectos relacionados con la Revolución en la península yucateca: Escenas del campamento del general Lino Muñoz/1914, El hundimiento del cañonero carrancista Progreso a manos de las tropas del coronel Ortiz Argumedo, del 28 de febrero de 1915, y Entrada de las fuerzas constitucionalistas a Mérida, del 19 de marzo de 1915, fuerzas al mando del general Carrera Torres. Martínez revela todos estos materiales en su laboratorio particular y se incorporan al “Noticiero Peninsular” o a la revista “Cirmar”.

Por instrucciones del general Salvador Alvarado, realizan el documental El henequén de Yucatán; son pioneros del cine etnográfico con Las Ruinas de Uxmal/1915. Martínez de Arredondo es el camarógrafo del primer largometraje de argumento hecho en México, 1810/¡Los libertadores!/1916, una alegoría cívico patriótica, y de El amor que triunfa/1917 de la que también es productor, ambas dirigidas por Manuel Cirerol Sansores; así como de Triste crepúsculo/Manuel de la Bandera 1917. Su primer largometraje de argumento, El Charro Negro/1917, nunca se exhibe. Al disolver su sociedad con Cirerol, bajo el sello de Yucatán Films dirige la primera serie de episodios mexicana: Venganza de bestia/1918, que al no obtener el éxito de taquilla esperado, se convierte en el último esfuerzo yucateco de largometraje argumental.

Filma películas breves como Los amores de Amparito y el documental Las fiestas de la Reina de la Belleza en Yucatán, en 1918 intenta el frustrado proyecto Nube pasajera. Abandona la producción y en 1920 adquiere el Cine Pasaje de Mérida. Se traslada a la capital del país donde trabaja para dependencias gubernamentales en cortometrajes educativos y propagandísticos como Procedimientos modernos de la agricultura y la manera de enseñar la explotación de la apicultura/1923. Abandona el cine a consecuencia de la ceguera que comienza a padecer.

“Desde muy joven sentí gran afición por la fotografía y especialmente hacia la de movimiento que me subyugaba, a tal grado, que fui entonces uno de los primeros y más entusiastas del cinematógrafo. Cuando observé los primeros ensayos de Rosas y Alva, y pude darme cuenta de sus resultados, bastante satisfactorios, me propuse ser yo quien definitivamente introdujera en nuestro estado esta nueva industria y ser su mantenedor, hasta tanto que mis fuerzas me ayudaran. Encargué a Nueva York una pequeña máquina, así como los implementos necesarios, mejor diría yo, indispensables para poder cumplir mis propósitos, y me lancé a la aventura.”

(La Voz de la Revolución, “Progresos de la Cinematografía en Yucatán”, 21/05/1918, en El cine yucateco, Gabriel Ramírez, pp. 21-22)