Emigra con su familia hacia América y después de hacer escala en Argentina, finalmente residen en Chile. Enamorado del cine, es cofundador de dos casas productoras -Magallanes Films y Patagonian Films-, para las que produce y realiza entre 1917 y 1921 documentales El desarrollo de un pueblo/Magallanes de ayer y hoy, revistas fílmicas Noticieros Magallánicos, de 1917 a 1918 y cortos y mediometrajes de ficción Como por un tubo/1919, la comedia Mi noche alegre/Los Parafinas/1921, que sigue el modelo de Chaplin, y Esposas certificadas/Casarse por poder/1921. Como cantante y compositor recorre Brasil, Uruguay y Argentina. A mediados de los años veinte, se encuentra en Estados Unidos, con el auspicio de Lee de Forest, reconocido como el creador del sonido óptico, para quien produce cortos musicales. Participa en Sombras de gloria/Andrew L. Stone 1929, uno de los primeros largometrajes norteamericanos hablados en castellano, o “hispanos”, y dirige el corto Hollywood, ciudad de ensueño.
Llega a México y realiza La sangre manda/1933. Desde entonces, la influencia del thriller y el melodrama desorbitado se aprecian en ¿Quién mató a Eva?/1934, donde aparece por primera vez el personaje Luponini, al que dedica Luponini/Luponini de Chicago/Luponini, el terror de Chicago 1935 (anticipa la visión del gángster que haría famoso a Juan Orol). Los melodramas Tú hijo/1934 y Sueño de amor/1935 (biografía de Franz Liszt con el pianista chileno Claudio Arrau), intentan llegar al público sin mayores resultados. Así es la mujer/1936, es una comedia musical al estilo norteamericano y Marihuana/El monstruo verde/1936, hace patente la notable intuición cinematográfica de Bohr. Sus películas muestran la precariedad de la industria cinematográfica de los treinta; en la mayoría de los casos son fruto casi exclusivo de un esfuerzo personal y familiar, donde Bohr es, además de realizador, productor, guionista, actor, cantante y compositor, con el acostumbrado e indispensable apoyo de su esposa, la pianista Duquesa Olga -Eva Limiñana-, en la producción y en el guion. La crítica del momento se ensaña con su obra por su carácter improvisado y confuso, pero el paso de los años revela en el exhibicionista Bohr desenvoltura, espíritu lúdico y notables momentos de buen cine. A fines de 1939 y después de catorce películas, regresa a Chile donde continúa con su carrera como realizador y actor hasta 1969. En la década de los ochenta, cambia su residencia familiar a Oslo, Noruega.
“…Pero como estábamos con la idea de producir una película lo más rápidamente posible, seguí la línea realizando una tras otra. Además la adaptación se hacía difícil; no había especialistas o sea que yo hubiera tenido que restarme tiempo para hacerlo. Entonces comenzó la fabricación casera y así fue como se lograron ¿Quién mató a Eva? (en inglés y español), Tú hijo, Sueño de amor (la vida de Franz Liszt), en la cual le di la parte estelar a Claudio Arrau, que era un pianista recién iniciado. Los señores de Conciertos Daniels, lo trajeron aquella vez por ciento cincuenta dólares en cada concierto. Perdí hasta la camisa con esta última película; sin embargo me recuperé en Luponini, el terror de Chicago, que fue la primera cinta de pistoleros. Para ahorrar, yo funcionaba como director, actor y parte del argumentista; la música toda era mía, naturalmente. Sólo así la pude llevar a cabo.”
(Cuadernos de la Cineteca Nacional, “José Bohr”, coord. Eugenia Meyer, No. 1, 1975, pp. 40)
José Bohr publica dos libros de memorias: “¡Luz! ¡Cámara! ¡Acción! Retrospectiva de una vida”/1976 y “Desde el balcón de mi vida: 85 años de espectáculo y vitalidad en las sabrosas memorias del chansonnier de América”/1987 y dos de ensayos: “Mañana hacia el ayer” y “Chaplin está vivo”. En un momento crucial durante su juventud, prefiere seguir siendo pianista del cine de Punta Arenas (Chile), que empleado de una empresa marítima. Como cantante y compositor (vocación que despierta en Buenos Aires), Bohr, el “chansonnier de América”, imita al francés Maurice Chevalier, con su curioso estilo de “decir” o “recitar” más que cantar las canciones y que aún podemos disfrutar en sus cintas mexicanas y en alguno que otro viejo fonograma. Trabaja para la radio, en la XETR, conduciendo un programa musical. José Bohr ostenta un gusto desmedido por el disfraz en cintas como ¿Quién mató a Eva? un playboy millonario que por aburrimiento se transforma en el gángster “Luponini”, Luponini/1935 un ambicioso cajero bancario se vuelve asaltante y se somete a una cirugía estética que lo transforma en “chino”, en Así es la mujer/1936 un empleado de restaurante sustituye al propietario, un cantante enmascarado en un programa de radio y en Marihuana/1936 un policía que después de ser secuestrado y obligado a enviciarse, maneja la banda de traficantes. Abandona México y realiza la mayor parte de su obra posterior en Chile, pero también filma una película en Argentina 27 Millones/1947 y probablemente otras cuatro en España.
José “Che” Bohr canta “Paciencia hermano” tema de la película La sangre manda.
https://www.youtube.com/watch?v=SJb0KZ13YNs&list=FLrf24nD1FreBZMs3hicfDcw
José “Che” Bohr canta el tango “Farolito”
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