LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD

Bocanadas de humo se intercalan con las respuestas de Luis Mandoki, quien fuma Camel. Su charla es tranquila y pausada. La voz del cineasta,  algo ronca, se transmite segura y con la misma serenidad que se traduce en la dirección y producción de los filmes que ha realizado, independientemente del género, del tema y del resultado de éstos. Según avanza la entrevista poco a poco asoma el verdadero Mandoki: rebelde, arriesgado y retador, afín a su rojiza, alborotada y rizada melena; temple por el que fue expulsado en la preparatoria del colegio Columbia (donde se presentaba descalzo en su época hippy), a raíz de su participación en un certamen de oratoria, en el que su discurso sobre la educación… no gustó. Este carácter lo lleva de escuela en escuela de cine hasta encontrar la que le satisface, y, en  los ochentas lo convierte en el primer mexicano que se integra a la industria cinematográfica en Hollywood. Diecisiete años después regresa a México a dirigir Voces Inocentes un capítulo de la Guerra Fría en el Salvador, intervención sangrienta y cruel de los Estados Unidos en ese país,  pasado que quizá los americanos no quieran ver, cuando en Irak  hoy día sucede lo mismo. Luis Mandoki asume los riesgos que esto pueda significar en su carrera dentro del cine hollywoodense  y trae esta historia a la pantalla grande.

 

 

   De ascendencia húngara, nacido en la Ciudad de México (17/08/1954), es egresado del School of Film of London College of Printing, donde dirige su primer cortometraje Silent Music (1975) premiado con La Copa del Centro Nacional de la Cinematografía Francesa, en el apartado amateur del Festival de Cannes. Luis Mandoki vuelve a México en 1977 e inicia su trabajo en la pantalla grande con una serie de documentales sobre diversos grupos indígenas y el mediometraje El Secreto (1979) ganador del Ariel. Inesperadamente debuta en la dirección de largometraje con el thriller Motel (1983) proyecto del que era productor, cuando el director de éste, a los tres días de filmación le sede la batuta. Bien recibida por la crítica, Motel se exhibe en el Festival de San Sebastián, donde conoce al director Sam Fuller, quien lo introduce al mundo del cine en Los Angeles, ciudad en la que año y medio después se concreta el financiamiento de su segunda película Gaby: una historia vedadera (1987), dada la imposibilidad de levantar esta producción en México. Tras casi dos décadas en Los Estados Unidos y siete películas filmadas allá, Voces Inocentes marca de acuerdo al realizador, el rencuentro consigo mismo y sus raíces. La cinta, enviada por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas como candidata para la nominación al Oscar 2005 en la categoría de Mejor Película Extranjera, hoy recibe en Los Angeles, el premio “Producers Guild of America´s 2005 Stanley Kramer Award”.

 

  Basada en la experiencia infantil de Oscar Torres (coguionista con Mandoki), en la Guerra Civil del Salvador (1980-1992), el filme retrata lo que sucede dentro de una casa cuando  las balas de ambos bandos atraviesan las paredes, así como las consecuencias del enrolamiento militar  en el Salvador, forzoso a partir de los doce años,  imposición ante la cual muchos menores optaron por la guerrilla y otros fueron enviados por sus familias a los EU en calidad de wet backs, como es el caso de Torres, (Cuacuatzingo, 1971) quien desde 1984 vive en Los Angeles, y que a raíz de esta película ha iniciado una carrera como guionista.

 

                                                         ***

 

                         EL QUE SE VA PAL NORTE,  ¿SE MAREA?

 

“Susto… susto,”  exclama Luis Mandoki cuando pregunto sobre su llegada a Hollywood en 1988, donde realizó la posproducción de Gaby, una historia verdadera. Al tratar de venderla se enfrentó sorpresivamente al sofisticado mundo del cine, agentes, distribuidoras, abogados y relacionistas públicos. “Yo no sabía ni siquiera que existían… para mi era sorpresivo. Regreso a México y las puertas siguen cerradas. Al mismo tiempo, me llaman de Los Angeles para ofrecerme algunos guiones. Me vuelan en primera clase, me reciben en limusina, hoteles cinco estrellas… y yo sin un quinto… esta situación me provocaba un complejo de inferioridad muy mexicano… ¿Cómo me están dando todo esto a mí? Un día van a descubrir que no tengo nada que hacer aquí. Poco a poco me adentré en el medio y entendí la fuerza que como director  puedes tener en la estructura del cine americano, lo que aquí es muy distinto.

 

“El que se va pal norte se marea”, dice mamá Toya, (Ofelia Medina) la abuela en Voces Inocentes. ¿A que viene esta reflexión?

 

Eso es lo que nos pasa,  nos venimos al  norte y nos mareamos y nos perdemos y se nos olvida porque hacemos cine…  Te arrastra la sociedad de consumo. Yo fui el primer director de cine mexicano en llegar a Estados Unidos, a los que han ido llegando, Cuarón, el Negro y Del Toro, les digo: no tomes coche en arrendamiento, ni préstamos para comprar casas… porque te vuelves un esclavo del sistema, vives para pagar lo que compras, ya no puedes hacer lo que tu quieres y cuando te das cuenta puede ser demasiado tarde. Antes pasaban dos… tres años entre película y película hasta que encontraba algo que realmente me conmoviera. Sin embargo tienes una familia y el costo de la vida en Estados Unidos es muy alto y de pronto haces películas que no necesariamente quieres hacer.

 

Entre el cine que Luis Mandoki ha dirigido en Hollywood, películas como Pasión Otoñal (1991), Cuando Un Hombre Ama a Una Mujer (1994)), Mensaje En una Botella (1999)) y Voces Inocentes  (2004),  hay un viraje total temático y geográfico.

 

 “Después de mis dos últimas películas (Ojos de Ángel y Atrapada) me dije: Tengo que encontrar algo diferente, quiero ir a México a dirigir y si el guión me lleva a Rusia, me voy a Rusia pero tiene que ser algo especial. En ese momento de mi vida estaba, cuando me encuentro con el guión de Oscar Torres.”

 

 

                                                LOS NIÑOS SOLDADOS 

 

Oscar Torres trabajaba como mesero, cuando decide que tiene que dejar el trabajo para contar su historia. Cinéfilo de corazón, durante sus primeros años en Los Angeles solía ver hasta tres películas diarias en el cine, lo que le ayudó bastante en el aprendizaje del inglés. Es así que opta en un principio por el camino de la actuación, a través del cual llega a un comercial de ATT dirigido por Mandoki, en donde al finalizar la filmación le entrega el guión, en el cual de acuerdo al realizador, “Oscar apenas se introducía con algunas pinceladas.”

 

El guión que me entrega es sobre  un grupo musical  del Salvador Los Güaragüarú, autores de la canción “Casas de Cartón”, casi, casi, el himno de la insurgencia salvadoreña, canción prohibida por el gobierno. La historia que realmente me interesó fue la de él y mi propuesta fue trabajar el guión sobre su persona. “¿Quién soy yo para contar mi historia?” me dijo. Fueron meses de terapia, dice Oscar, había momentos de llanto y enojo, mucha resistencia. Yo sabía que tenía que seguir y en  ocasiones me sentía culpable por remover todo este pasado. A esos momentos le dimos una escritura cinematográfica.

 

Otro punto que interesó  al director fue la posibilidad de mostrar la vida cotidiana de los habitantes de un país en guerra, todo lo que implica vivir bajo el peligro de la metralla las veinticuatro horas del día, situación totalmente velada por los medios electrónicos en la cobertura de las guerras.

 

Si piensas en la última imagen de sufrimiento humano sobre la guerra, te acuerdas de la matanza en My-Lai, y de la foto de la niña vietnamita desnuda  huyendo del napalm. A partir de ahí, ahora ves CNN y reportean todo, pero lo único que ves es algo así como las guerras de las galaxias… luces verdes. Incluso hay un tono hasta confortable, porque no estamos viendo lo que Voces Inocentes te muestra, que es: lo que sucede en la vida de los niños mientras caen las bombas.

 

Antes de iniciar la filmación Mandoki y Oscar Torres fueron al Salvador, a donde el nouvell guionista no había regresado desde su escape a EU. “Tenía que enfrentarse al pasado y fue muy fuerte” afirma el realizador quien grabó todo con una cámara de video. Torres se encontró con “Mamá Toya” la abuela, los primos, y los  tíos. Los llevaron a la que fue su casa, la cual permanecía idéntica.

¿Valieron la pena doce años de Guerra Civil en el Salvador, mejoró la situación política y económica?

La situación social es la misma. De alguna manera se dio un paso a algo más democrático, más no completamente. Finalmente es un país muy controlado y al mismo tiempo hay mucha delincuencia y mucha violencia… abuso físico a los niños de parte de los padres… mucho. Los padres eran los niños guerrilleros, las consecuencias de las guerras no son gratis, se generan distintas secuelas, hay gente como Oscar que las supera y otros que se convierten en los marasalvatruchas… delincuentes y narcotraficantes.

La película retrata con fidelidad el conflicto entre la guerrilla comunista y el gobierno Salvadoreño apoyado por los Estados Unidos. ¿Voces Inocentes es antiamericana?

La película es contada desde el punto de vista de Oscar, de cómo experimentó la Guerra Civil. Él dice: “Para mi los dos lados eran peligrosos, la guerrilla se metió a mi escuela y hubo una balacera; mi tío era guerrillero y yo lo quería, pero las balas que entraban a mi casa eran de los dos lados.” Cuando leí el guión me enfrente con una realidad que desconocía: El reclutamiento militar forzado de niños en la guerra del Salvador. Hoy día más de 300 mil niños pelean en ejércitos del mundo. Amnistía Internacional y UNICEF tienen fuertes campañas cuyo propósito es dar a conocer esta situación y evitarla. Ahora,  EU. tiene una historia política de intervenciones desde el siglo diecinueve… que no podemos negar y que se registra en la película, que definitivamente no es un filme antiamericano.

 

El modelo ideal a llegar de todas las guerrillas latinoamericanas era Cuba. ¿Qué le parece hoy día Cuba cómo modelo de vida?

El inicio de la revolución fue bien importante, dadas las injusticias y las diferencias sociales, sin embargo el modelo marxista al controlar de tal  forma a la sociedad, se vuelve una dictadura, controlada por una nueva elite autocrática, y Fidel es el nuevo emperador. Yo no pienso que esa es la solución.

 

 

                             MUCHOS PESOS Y POCOS DÓLARES.

Las películas que Luis Mandoki dirigió en Hollywood fluctuaban entre treinta y sesenta millones de dólares, todas con estrellas como Liv Ullman, Susan Sarandon, Paul Newman, Kevin Bacon y Charlize Theron, por mencionar algunas. Ahora regresa a una estructura de cinco millones de dólares como es  Voces Inocentes, producida por Mandoki, Altavista Films, Lawerence Bender (Kill Bill), que resulta muy apretada si la comparamos con las de allá, y de presupuesto holgado en relación a las películas mexicanas que en su gran mayoría cuestan dos. ¿Cómo se adaptó al esquema financiero de producción mexicano, tan contraído, si lo comparamos con las películas de los Estudios americanos?

 

   Sin duda este ha sido mi trabajo más creativo y más difícil. Las oportunidades que tuve en Hollywood fueron maravillosas, y Voces Inocentes sin el aprendizaje y esos años de experiencia no se hubiera realizado. Este es un proyecto que hice con las manos, desde el guión hasta el póster. Al principio me costó trabajo adaptarme, porque en EU el equipo organiza todo y tu llegas a tomar decisiones, en cambio en México llegas a armar la producción. Vista así,  todo fue rudimentario. La gente que la ha visto en Los Angeles, le calcula veinte… veinticinco millones; sin esos años de trabajo, Voces Inocentes no tendría la dimensión que tiene.

 

 

Básicamente el peso histriónico de Voces Inocentes recae en “Chava” (el niño Carlos Padilla) quien fuera de un pequeño papel en una telenovela, podríamos decir que debuta en Voces Inocentes.

 ¿Qué  tal trabajar con niños?

Me encanta, aunque es durísimo. Había trabajado con Dacota Faning en Atrapada, pero Dacota Faning: ¡es un genio!  Con los niños de esta película era: ¡Ponme atención! , se les olvidaba, se dispersaban; realmente soy muy tranquilo en los sets, nunca levanto la voz, casi ni me sienten, en esta película nunca deje de gritar, con todo lo que estaba pasando no me oían. Era estar como General en la guerra. Hasta que a Carlos le pusimos un “chícharo” (pequeño audífono) y de esa forma al mismo tiempo que le daba instrucciones a él, dirigía la película.

 

Otro papel importante es el de la mamá de “Chava”, protagonizada por  la chilena Leonor Varela, básicamente afincada en Estados Unidos.

¿Por qué  una actriz extranjera?

 En cuanto a los actores, ha sido el casting más largo que he hecho. En realidad no estaba buscando nombres, estaba buscando a los actores congruentes para los papeles y además debía de funcionar el casting en conjunto. Es así como se integran, Ofelia Medina, Daniel Giménez Cacho, Jesús Ochoa y José María Yazpick. Para el papel de la madre, vi a muchas, muchas actrices mexicanas. Hay una gran tendencia al melodrama, por las pocas películas que se hacen en México, se hace mucha telenovela y teatro. Leonor Varela dio lo que necesitaba ese personaje: la lucha y la desesperación de una madre sin volverse telenovela.

 

 

 

¿Qué posibilidades cree que tiene Voces Inocentes de ser nominada al Oscar o quizá descartada debido al tema que toca?

Creo que  la mayoría de la gente que pertenece a la industria del cine en EU., no votó por Bush. Sí hay una autocrítica y un compromiso de hacer algo por EU. y por el mundo, yo tengo fe y esperanza en que ese grupo apoyé la película. Sería importante, porque esta es una película que necesita de publicidad, de recomendación de boca a boca. Ahora, en una industria que cree en estos premios, es un premio que te valida y te abre puertas para hacer más películas que tu quieres hacer en lugar del cine que te están ofreciendo, te da libertad creativa.

 

¿Le ha sido difícil encontrar distribuidor en Los Estados Unidos?

La película tiene cierta crítica al gobierno de Bush. Finalmente sí tenemos ofrecimientos de distribución… varios. No hemos decidido que compañía, porque estamos apostándole a que con más reconocimientos, vamos a tener más fuerza, para que quien la distribuya, no lo haga sólo en cinco cines, sino que la empuje. Ahora en un país tan dividido habrá quien la rechacé y habrá quien la quiera ver. La película ya ha sido comprada en varios territorios

 

¿Cómo define su evolución cinematográfica entre su primera película Motel (1983) y Voces Inocentes (2004)?

Uno, hay un conocimiento mayor del cine, hay un gozo que en un principio no había, porque antes había más miedo. Dos, hay un conocimiento de todos los pasos, la edición, la composición musical, todas las áreas. Entonces no me pueden decir que no se puede, en cambio les puedo ayudar a que se pueda. Tres, a nivel creativo, me siento más libre, ya  no estas probándote, sino más bien mi pregunta es: ¿qué quiero decir? Sabes  que tienes algo que dar, que lo puedes dar, y que lo vas a dar. De alguna manera el decir, Voces Inocentes es algo que se tiene que contar, habla de la responsabilidad y la función del director. 

 

 

RECUADRO

PERFIL OSCAR TORRES

En 1984 a los doce años, Oscar Torres escapa del reclutamiento militar en el Salvador y llega a Estados Unidos, donde seis años después lo alcanzan su madre y hermanos. Al terminar la preparatoria en Los Angeles, ingresa a Ingeniería en la Universidad de Berkeley, carrera que cambia por Estudios Latinoamericanos. Dada su inquietud por el cine, abandona la academia y se emplea como mesero y después chofer en una Agencia de Actores. Al año se inicia como actor, a la par que es asistente de casting y de actores. Hoy día Residente Americano, tiene dos guiones en marcha, uno de los cuales producirá.