TREVIÑO MERCADO, JESÚS SALVADOR

Director, guionista y escritor. Fundador del cine chicano en los Estados Unidos, inicia su trayectoria fílmica con el propósito de mostrar la situación de los mexicoamericanos en Estados Unidos. Su familia de ascendencia mexicana, se muda en su niñez del Paso, Texas, a Los Angeles, California. Al terminar la preparatoria obtiene una beca para estudiar Filosofía en el Occidental College de donde egresa en 1968. Su preparación fílmica da inicio en el programa del gobierno relacionado con las artes visuales, New Communicators.

A finales de la década de los sesenta, Jesús Salvador Treviño trabaja para la televisión pública en Los Angeles en KCET (Canal 28, virtual y digital UHF, perteneciente al Servicio Público de Radiodifusión). Primero es asistente de producción y al mes productor asociado, además de escribir la mayoría de los guiones para el programa nocturno mexicoamericano: “Ahora”.

Continúa con la dirección de documentales sobre temas sociopolíticos, tales como: Soledad/1971 sobre los prisioneros en la cárcel al norte de Soledad, California, y América tropical/1971, en torno al mural (hecho de cemento en lugar de yeso) de 30 metros de largo, realizado por el pintor David Alfaro Siqueiros en 1932, en una pared exterior del segundo nivel del Salón Italiano, ubicado en la famosa calle Olvera, del centro histórico de Los Angeles, California. Pintura que a través de sus figuras, deja ver una América, que oprimida por Estados Unidos lucha por su libertad. La filmación gira en torno a la agresión pública que sufrió la obra, sobrepintada, cubierta totalmente de cal y brea, una sustancia viscosa de color rojo oscuro, que suele usarse como antiséptico; mural en el abandono total. Dirige el documental La Raza Unida/1972, acerca de la Convención Nacional de ese año, del partido político La Raza Unida.

Rueda Yo soy chicano/1972 que presenta los movimientos de los derechos civiles chicanos entre 1969 y 1971, intercalando una visión histórica de quién era realmente el chicano a partir de los aztecas, con el fin de obtener una perspectiva de las diferentes luchas políticas, laborales y educativas de los campesinos, que llevan a la culminación de quinientos años de la historia mexicoamericana. Filmación que realiza con el apoyo de Ford Foundation a través de KCET. Yo soy chicano se transmite a nivel nacional en Estados Unidos, a pesar de los intentos de un grupo llamado The Fairness Accuracy in Media, que busca prohibir su transmisión. La KCET y la cadena PBS a la que pertenece el documental ganan la batalla para que se siga viendo. Jesús Salvador Treviño señala que el documental aún se transmite a estudiantes, en diversas instituciones.

CONACINE lo contrata inicialmente para escribir el guion de la cinta bilingüe que originalmente llevaría el nombre de “La Raza Unida”. Con el apoyo de este organismo dirige su primer largometraje Raíces de sangre/1976, bajo un argumento y adaptación de su autoría. Acercamiento a la explotación y discriminación de los trabajadores inmigrantes en maquiladoras del lado mexicano y campos agrícolas en Estados Unidos. Trama que aborda las situaciones por las que atraviesan los mexicanos en busca de cruzar la frontera norte: camiones con mexicanos muertos de asfixia; el taller de cosido y las duras condiciones de una maquiladora norteamericana en México; el campo en Estados Unidos con trabajadores mexicanos y chicanos; y la organización chicana Barrio Unido. Además se toca el tema de las drogas y la queja de los chicanos en contra de los mexicanos, que desde su punto de vista les quitan las fuentes de trabajo. Encabezan el multi reparto: el chicano Richard Yñiguez y el mexicano Ernesto Gómez Cruz, acompañados de: Malena Doria, Pepe Serna, Adriana Rojo, Enrique Muñoz e Irma Ruiz, entre otros. Se filma en los estudios América, en Mexicali, México, y Calexico, Estados Unidos. La cinta se estrena el nueve de febrero de 1978 en la Ciudad de México, año en que es nominada al premio Ariel en las categorías de: Ópera Prima y Argumento Original, ambas para Jesús Salvador Treviño. En 1991 el filme forma parte en la 36 Semana Internacional de Cine de Valladolid, España, en el ciclo fuera de competencia: “Antología del Cine Latinoamericano”, donde se promueve como “una de las 25 mejores películas latinoamericanas de todos los tiempos”.

Dirige el documental Visions of Aztlán/2010, retrato de la importancia del movimiento de arte chicano en Estados Unidos, contado a través de la exhibición de arte de varios artistas mexicoamericanos inspirados en la primera generación de artistas chicanos de los años sesenta y setenta. Jesús Salvador Treviño forma parte del documental América Tropical: Seeing the Light of Day/Pedro Pablo Celedón 2012, sobre la restauración del mural de David Alfaro Siqueiros, que se reabrió al público ese año.

Jesús Salvador Treviño tiene una amplia carrera en la dirección de series estadounidenses, entre las que destacan: “Seguín”/1982, basada en la vida del personaje revolucionario Juan Nepomuceno Seguín, que se transmite por televisión en PBS de la serie “American Playhouse”; “Dawson’s Creek”, “Crusade”, “Law and Order”, “In Plain Sight”, “Bones”, “Mathnet”, “Star Trek: Deep Space Nine”, “Sea Quest DSV”, “NYPD Blue”; “Babylon 5”, “Chicago Hope”, “The Practice”. Recibe el premio ALMA 2006, como Director Destacado de una Comedia o Drama Televisivo por el episodio “And Then There Were 7”/2005 de la serie “Prison Break”.

Es miembro del Gremio de Directores a partir de 1980; cofundador en 1990 del Comité Latino de la DGA de la que es presidente del comité hasta 1995; elegido miembro de la Junta Nacional en 2005, donde continúa laborando.

JST.- “Cuando se entablaron las primeras pláticas con la gente de CONACINE, ellos propusieron una película sobre chicanos dirigida a un público mexicano. En México ya se habían realizado algunas películas de este tipo… Por lo tanto, pensé que existía la posibilidad de hacer algo diferente, una película que no sólo le hablara al público mexicano sobre los chicanos, sino que también le explicara mucho de la realidad de México a los chicanos. La mejor locación para lograr estos dos objetivos era un pueblo fronterizo donde se juntaran las dos realidades. Una de mis críticas a ciertas películas que se han realizado en México sobre temas chicanos, es la falta de detalles en la ambientación. Parecen películas sobre chicanos hechas por mexicanos. Tenía la firme decisión de que mi película no causara esa impresión. Tienes que lograr todos esos pequeños detalles; como mostrar el tipo de graffiti que siempre hay en las paredes de los barrios chicanos. Es una parte integral de la comunidad chicana, y si tus ojos no lo perciben, vas a producir algo que no parece una locación urbana chicana”.

“O el lenguaje, por ejemplo. El filme tiene dos idiomas y un dialecto. Un idioma es el inglés y el otro el español; el dialecto es lo que los chicanos hablamos, una combinación de español con algo de inglés, más algunas palabras de nuestra invención. A esto se le llama caló.”

(Cineaste, “Chicano Cinema: An Interview with Jesús Treviño”, Jim Miller, Vol. III, No. 3, 1978, p. 38, en Cine chicano, Gary D. Keller, pp. 24-25)