Exhibidores y documentalistas ambulantes de origen francés, que en 1897 importan, en sociedad con Enrique Moulinié, un cinematógrafo Lumière; inician sus actividades en la ciudad de Puebla y después recorren el resto de la República. Ante los buenos resultados del negocio, son liquidados por su socio. Con Enrique Moulinié son los primeros exhibidores conocidos, después de los enviados de los hermanos Lumière, que aprovechando la flexibilidad del cinematógrafo, inician en nuestro país la filmación de asuntos breves, como paisajes, fiestas populares, actos cívicos y asuntos noticiosos.
Aunque es difícil establecer de quién son los materiales filmados por los cineastas primitivos, se les atribuyen a ellos y a su socio Enrique Moulinié “vistas” de faenas del diestro Ponciano Díaz, una verbena dedicada a la Virgen del Carmen y una pelea de gallos; las dos primeras filmadas en Puebla y la tercera en Guadalajara; las tres se exhiben en la ciudad de Puebla en 1897. Hacia 1901, el señor George Courrech [sic] presenta en el Teatro Degollado de Guadalajara un espectáculo de biófono-teatro.
“En vista del grandioso éxito obtenido en esta ciudad por los caballerosos empresarios de este bonito espectáculo, Sres. Courrich [sic], han decidido volver el entrante mes… traerán cien vistas nuevas entre las que figurará una de la Verbena del Carmen de esta ciudad, tomada con toda fidelidad y exactitud el día de la fiesta de la Virgen de ese nombre, y otras que representan una corrida entera con toros de la gran cuadrilla de Ponciano Díaz.”
(El Tiempo, “Cinematógrafo Lumière”, 05/08/1897, p. 2, en Vistas que no se ven, Juan Felipe Leal, Eduardo Barraza y Alejandra Jablonska, p. 43)
Existe confusión en las fuentes por el nombre de los socios de Enrique Moulinié: Moisés Viñas se refiere al señor Enrique Churrich; Aurelio de los Reyes como Churrich; Juan Felipe Leal y asociados como Courrich, Cowrrich o Courrech. La prensa habla de la empresa de los señores Courrich y Guillermo Vaidovits identifica al exhibidor George Courrich.
Las películas filmadas por los Courrich y por otros documentalistas de la época no se presentan inmediatamente, ya que debido a la falta de un laboratorio son enviadas a Lyon, Francia, para ser reveladas; por eso, La verbena de la Virgen del Carmen en la ciudad de Puebla/1897 se exhibe hasta el mes de agosto. Es en 1898, cuando los Lumière traspasan el negocio cinematográfico a Gaumont, quien inicia la venta libre de película virgen y químicos para revelar.
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