Exhibidor, fotógrafo y director. Enrique Rosas incursiona en el mundo del cine como exhibidor en 1899, cuando inaugura un jacalón, en la Ciudad de México. Filma para el exhibidor Guillermo Becerril Toros en el Saltillo/1899. Imposibilitado para satisfacer las normas de seguridad e higiene del ayuntamiento capitalino, a partir de 1900 se dedica a la exhibición errante, especialmente en el centro del país y en las poblaciones situadas a lo largo de las líneas del Ferrocarril Mexicano y del Ferrocarril Central, además de Torreón, Guadalajara, Villahermosa y Mérida.
En 1903 filma Aventuras del Sexteto Uranga según el investigador Gabriel Ramírez, “este corto de 60 metros de longitud se filma en las calles del Barrio de San Juan, en la calle 65 y en los alrededores del palacio federal de la capital yucateca; participaron como actores los músicos del Sexteto Uranga y aparece en la cinta un grupo de mestizas en una calesa”.
Trabaja solo o asociado con empresarios de espectáculos locales. En el circo Orrin exhibe vistas animadas con el aparato denominado esteropticón Pathé, en 1905. Filma con los hermanos Pastor y Agustín Jiménez, con Juan C. Aguilar en Orizaba, y labora como exhibidor con el cinematógrafo Lumière o Enrique Echániz Brust en la capital del país y con Los Hermanos Alva; sociedades que le permiten trabajar simultáneamente en varios lugares.
Se inicia como documentalista con Agustín Jiménez en 1904, realizando en Orizaba sus primeras vistas conocidas. Con una longitud de 3,000 metros, realiza el documental Fiestas presidenciales en Mérida en 1906, que con otro trabajo similar de Salvador Toscano, da inicio en el documentalismo mexicano el tránsito de la vista breve y espontánea, al reportaje bien estructurado conforme a una secuencia cronológica.
Ese mismo año Enrique Rosas viaja a La Habana, Cuba, país donde es exhibidor en el Teatro Nacional de los filmes de la Casa Pathé, Gaumont, Éclair, Lux, Cines, Medier y Urban, ganándose el favor del público cubano por la calidad de sus exhibiciones. Viaja después a Europa. Repite su gira por las Antillas y llega hasta Tampa, en la península de Florida un año más tarde. Alterna sus negocios entre Cuba, México y Puerto Rico.
Al generalizarse el establecimiento de las distribuidoras de filmes, inaugura en la Ciudad de México el Salón París en 1907. Al siguiente año se asocia con los Hermanos Alva para la producción de actualidades, hasta que a fines de 1909 parte a La Habana para fundar una compañía de variedades y exhibición cinematográfica que lleva el nombre de: Compañía Anónima Polyteama. Regresa a tiempo para registrar en Revolución en Veracruz/1912 la revuelta de Félix Díaz contra Madero, así como otros hechos de la Revolución como Decena Trágica/1913.
En el Teatro Principal, en noviembre de 1912, Enrique Rosas establece una compañía de tandas, variedades y funciones de cine. Una de las principales atracciones de ese espectáculo es la participación de los malabaristas españoles Antonio Alegría y Vicente Enhart, este último actúa en la película de los Hermanos Alva Aniversario del fallecimiento de la suegra de Enhart/1912. La empresa sólo dura un año y en abril de 1913 da su última función.
En 1917, con el velado respaldo del general Pablo González, se asocia con la tiple de zarzuela y opereta, Mimí Derba, para fundar la compañía Azteca Film (Rosas-Derba y Cía.). Éste es el primer esfuerzo de producción con claro sentido industrial. Rosas es el director técnico y el camarógrafo; Joaquín Coss dirige Alma de sacrificio y En defensa propia en 1917 y probablemente En la sombra; Eduardo Arozamena dirige y escribe La soñadora. Mimí Derba, además de ser la actriz principal de estas cintas, es la argumentista de la segunda y cuarta, y dirige La Tigresa. La empresa se disuelve en 1918, pero las películas siguen exhibiéndose un par de años después.
Realiza su película más importante, El automóvil gris/1919, película de 12 episodios que narra los atracos cometidos desde 1915 en residencias de familias adineradas por unos asaltantes con uniformes militares. Con intención documental y verista, para armonizar las partes filmadas en base al guion con el material documental del fusilamiento, confunde historia y leyenda, pero exalta al presidenciable general Pablo González, haciéndolo responsable de la aprehensión y ejemplar castigo de los malhechores, y exculpándolo de cualquier vinculación con la banda. Enrique Rosas fue asesorado en la dirección por Joaquín Coss y Juan Canals de Homs, en el guion por el periodista Miguel Neocoechea y el policía Juan Manuel Cabrera y en la edición por Miguel Vigueras. Rosas inserta material documental del fusilamiento de algunos de los miembros de la célebre banda de asaltantes en 1915. Filmada entre marzo y noviembre de 1919 y su estreno es en el elegante Cine Olimpia el 11 de diciembre del mismo año, aunque la cinta no se aprecia cabalmente, pues la censura impide la exhibición de algunos episodios. A pesar de todo, el público asistente presenció la más ambiciosa producción de la era muda nacional.
En el marco del cuarto Festival Internacional de Cine (FIC) Silente, llevado a cabo en diciembre de 2019, en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM), el historiador Aurelio de los Reyes, el nieto del director, Alfonso Rosas Priego, y los expertos en restauración Paolo Tossini y Édgar Torres, inauguran la exposición “100 años del automovil gris” que integra fotogramas, fotografías y carteles de este filme resguardado y restaurado por la Cineteca Nacional.
A la par, fue presentado el blu–ray de El automovil gris/1919 que, a 100 años de su producción y estreno, se puede ver en todo su esplendor gracias a los esfuerzos de los herederos del propio Enrique Rosas: Alfonso Rosas Priego y María de Lourdes Rosas Priego, así como a la labor de rescate y restauración del Laboratorio de Restauración Digital Elena Sánchez Valenzuela, de la Cineteca Nacional.
“De Puebla fuimos a Orizaba, donde establecimos un laboratorio fotográfico. Allí con innumerables dificultades, revelábamos e imprimíamos los positivos de las vistas, que en la ciudad y sus alrededores lográbamos tomar y que no se velaban o quedaban demasiado obscuros. Rosas iba avanzando extraordinariamente en su aprendizaje. El interés que le inspiraba el cine, y todo lo con él relacionado, facilitó de tal manera mi labor de enseñanza, que al poco tiempo todo lo hacía el solo, bajo mi supervisión, sin que yo tuviera que corregirle casi nada…”
“Anunciábamos que el domingo siguiente nos colocaríamos con la cámara frente a la puerta de la parroquia, para tomar vistas de la salida de la misa de doce, recomendando a cuantos quisieran aparecer en la cinta que se presentaran decentemente vestidos. Aquello ponía en conmoción a todos los vecinos, que, llegado el momento, se apretujaban por aparecer en primer término ante el objetivo, haciendo mil gestos y visajes. Escusado es decir que la noche del estreno todos los actores improvisados acudían al cine en masa, para verse en la película. Y no era poco el entusiasmo que invadía a todos y cada uno, cuando lograban reconocerse o reconocer a sus amigos y parientes en la pantalla.”
(Cinema reporter, “Historia del Cine México”, Testimonio de Agustín Jiménez a José María Sánchez García, No. 680, 28/07/1951, p. 18)
Enrique Rosas Aragón es padre del productor Alfonso Rosas Priego, y abuelo del director y también productor Alfonso Rosas Priego Rosales. En 1900 el realizador y su empleado Palemón Bablot, se queman el rostro y las manos cuando intencionalmente incendian su carpa en Pachuca. Encarcelado y sin atención médica, su madre y un generoso lugareño lo ayudan; adquiere un nuevo equipo y renta un saloncito en México, el Cine Zaragoza. Con las utilidades reinicia en 1903 sus excursiones por la provincia. En 1933, al hacerse una sonorización de los 12 episodios de El automóvil gris, se reduce a un largometraje convencional de 111 minutos y se mutila irreparablemente al perder su sentido original y quedar con escenas inconclusas o incomprensibles. Se conserva una versión sonorizada de 1937.
La banda del automóvil/Ernesto Vollrath, rodada simultáneamente, es otra serie que resulta de la competencia por explotar comercialmente el mismo escandaloso asunto. Se dice que el esfuerzo de filmar El automóvil gris, agota a Enrique Rosas y precipita su muerte.
Por fortuna Alfonso Rosas Priego y Lourdes Rosas Priego conservaron algunos materiales y la película fue restaurada por Paolo Tosini con trabajadores del Laboratorio de Restauración Digital Elena Sánchez Valenzuela entre 2012 y 2015. En el proceso de restauración se intervinieron más de 180 mil fotogramas, con un trabajo a detalle en la restauración de color, estabilización de imagen, reconstrucción de intertítulos y recuperación de escenas que no habían salido a la luz en más de 90 años. Se compuso una partitura para la película escrita por el maestro José María Serralde, especialista en acompañamiento de cine mudo.
Documento con imágenes y video de “El automóvil gris”
https://memoricamexico.gob.mx/es/memorica/100_anos_de_El_Automovil_gris
Especialistas y herederos de El automóvil gris celebraron los 100 años de este filme mudo
Por: Paul Carrizosa
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