GOMEZBECK (nombre verdadero, José Luis Gómez Becerra)

Guionista y director. Gomezbeck, o El Tal Gomezbeck como también se le conoce, inicia su carrera como actor de teatro en su estado natal y, posteriormente, se dedica a la dirección escénica, labor que inicia con la obra de Cuzzani, “El centrodelantero murió al amanecer”, que se presenta en el Festival de Otoño del INBA. En 1972 prepara el montaje de “Los Supermachos”, basada en los personajes de Eduardo del Río “Rius”, que perdura 12 años en cartelera y con la que recorre la República Mexicana. Escribe diversos vodeviles entre los que destacan “Para petacas las mías”, “Mi nombre es Juan y soy alcohólico”, “Aquí lo enseñamos todo” y “Soy macho hasta que me de… sida”. Escribe el guion de la cinta Reventón en Acapulco/Ángel Rodríguez Vázquez 1980, en la que también actúa.

En 1981 Gomezbeck, dirige, actúa y escribe el guion de su primer y único filme, 4 hembras y un mach-o-menos, una sexi-comedia, protagonizada por: Grace Renat, Mora Escudero, Isaura Espinoza, Arlette Pacheco y el mismo director como “Quique”. Historia en la que cuatro jóvenes mujeres se mudan de la provincia a la capital, en busca del perfecto esposo. Ellas no saben que “Quique” quien aparece misteriosamente en sus vidas, ha sido contratado por sus padres para que las cuide. Firma su largometraje como El Tal Gomezbeck, aunque en su obra como escritor de cine y de teatro lo hace sólo como Gomezbeck. En la década de los ochenta se traslada a Los Angeles, California, donde continúa con su labor teatral.

¿Por qué el público prefiere obras ligeras a las intelectuales?

G.- “La gente prefiere divertirse. Desea reír y no complicarse la existencia con obras de cierto nivel. El público mexicano es pícaro, malora y alegre. Le gusta divertirse. En lo personal, trato de condimentarle lo que le agrada, con diálogos ágiles, digeribles y picantes. Y la fórmula no me falla, aunque, algunas veces, no he tenido el éxito económico imaginado. (…) Todo lo que hagas en el Distrito Federal, repercute en los estados y afuera de la República. Hasta en el extranjero, como ocurrió cuando presenté siete obras en Los Ángeles, California. Teníamos teatro lleno, diariamente. Pero, en el D.F., nada pasaba. Por eso, aquí sigue siendo el ombligo de los espectáculos y… de otras cosas.”

(El Universal, “La risa es el mejor remedio contra la crisis que padecemos”, 23/12/1983)